Cuidado

30 mar 2011

El Bananero soy Yo!


No has visto el bananero? la de Harry y la de Jhon Rambo?  El bananero Sabeee, así  comenzamos una conversación con un compañero, amigo o familiar, los videos de Adrian Nario (El Bananero), se difunden por internet a millones de personas aunque este humor que nos presenta tiende a ser un poco machista y perturbadoras j aja ji.

Desde la soledad de su escritorio, mostrándose obeso y semidesnudo, El bananero lidera una revolución personal de machismo, misoginia y lisuras gruesas. Ese es el bananero un perdedor y revanchista que nadie más quiere ser, quizá sea el personaje online más vulgar de Latinoamérica y uno de los más populares.


¿Qué hacès, boludo? Seguí  leyendo!



Logre descubrir a El bananero pero no en su mejor momento por ello no podre decir el nombre de la compañía donde trabaja ni el de su esposa, un uno que otro dato que pudiera comprometer cualquiera de las dos personalidades que habitan en Adrian Nario, su verdadero nombre.  El otro lado de él es el bananero, de uno se sabe poco, del otro se dice mucho.

Hace unos cinco años, El bananero  surgió en internet a raíz de un breve video en el que con bastante desparpajo Adrian se filmaba a si mismo medio desnudo  intercalando con imágenes de un filme porno para simular que una bella actriz le daba sexo; Por entonces delgado, con el cabello corto y engominado, Adrian comía, tomaba cerveza y hablaba por celular. El video circulo con avidez en su entorno cercano de donde saltaría a la web para hacerse de fama.

Años más tarde, El Bananero.com es una grotesca sensación online que provoca aplausos entre los que celebran el humor vulgar y sexualizado de Adrian Nario o que invoca el hartazgo inmediato de quienes no soportan su estilo. Sea ridiculizándose a sí mismo o modificando videos oficiales de personajes y canciones de la cultura popular como He-Man, Harry Potter, Ramo , Terminator, entre otros para mostrarlos como maricas (“trolazos”), cagones (“garcas”), o simples perdedores, a El Bananero no le queda sentido del pudor en su trabajo.


-Mi padre fue quien alimentó todo esto. Es muy culpable el hijo de puta. –dice, y me imagino su cara burlona mientras me contesta. –Sucede que fui un adolescente bastante antisocial, y cuando empecé a tomar alcohol a los 17 años, me venía un cambio de personalidad, así que siempre que íbamos a reuniones me tomaba dos cervezas y me comenzaba a desbocar, a decir cosas fuera de lugar y mi padre estaba llorando de la risa. Se me fue haciendo una costumbre. Mi madre me miraba y me decía “Ay, Adrián”, y volteaba a ver a mi padre y él estaba JA-JA-JA-JA-JUÁ.

Por entonces el joven Adrián había ido y vuelto de su País natal a los Estados Unidos, había ganado algo de dinero como para poner una sala de ensayos y formaba parte de la banda de ska-punk Once Tiros. Como el video de su “mamada” fuera un éxito, Adrián decidió seguirse filmando hasta que los videos se hicieron crisol de más y más ideas. Luego decidió lanzar una Web con lo que tenía a la mano. Así empezó todo. 
 
"El Bananero soy Yo"
Adrián Nario está casado hace seis años, algo que no admite muy seguido “para no perjudicar al personaje”. Nació en Estados Unidos hace 33 años, se crió en su país natal y emigró de vuelta buscando una mejora profesional. Y está a años luz de ser en su vida privada lo que mucha gente piensa: Un vago que se la pasa desnudo todo el día tocándose el sexo delante de su PC.

En realidad, Nario es de lunes a viernes y de 9am a 5pm nada menos que el recientemente ascendido director de arte de una afamada cadena deportiva de televisión, con todo y personal a su cargo. Nada más se puede decir al respecto. “Mis jefes me advirtieron: mirá… tenés que dejarle de mandar correos a la gente con esto de El Bananero y entrarle un poco más a la seriedad. Todo bien que te guste joder, pero no puedes andar mostrando el culo acá en el canal”. Adrián y El Bananero deben llevar vidas separadas, aún cuando la fama del personaje virtual invada al ser humano real.
En la sección de “Fananeros” de su Web aparecen cantidad de muchachos recreando clips como “Cerveza Melorto” (con su coro de “ven, chupa Melorto, compartí Melorto, disfruta Melorto y saborea Melorto”) o escenas completas de “Harry ‘El Sucio’ Potter” o “El Hombre Que Araña”. Sin mencionar al sexteto de atractivas chiquillas que corea “te la pongo hoy, te la saco el martes” al ritmo de una cumbia que remeda el “Atrévete-te-te” del dúo Calle 13.

“Trolazo”, “mano cambiada”, “chele”, “garca”, “poronga”, “estar como el pedo”, “garchar”, “mandar a la reconcha de la lora” y sobre todo, “hacer un pete” (o “petardo”) se han vuelto una especie de código divertido y procaz entre los ya iniciados. Una especie de porno mainstream que ruboriza y genera una pícara complicidad. 


“¿Está bueno mano cambiada?”  

“Muñeca System” y “Harry ‘El Sucio’ Potter”, dos de los videos más populares en el trabajo de Nario, son –como tiene la precaución de advertir– “Contenido Explícito +18”. En “Muñeca System”, la parodia se entremezcla con la ofensa, con el humor negro y con una misoginia sin escrúpulos. Es la historia de un perdedor (El Bananero mismo) que es pillado masturbándose y para buscar una solución a su soledad adquiere Muñeca System, lo que una voz en off anuncia como “lo último en acompañantes del placer” (en realidad, una muñeca inflable con peluca).

Pero claro, siendo Nario el autor del guión, en una escena de supuestas “poses sexuales”, en una fracción de segundo la embiste contra su propia muñeca y le da un cabezazo al estilo de Zinedine Zidane. La Muñeca System sale volando. El nombre de la “pose sexual”: “La Indolora de Zidane”. Nario no oculta su orgullo por la escena: “‘La Indolora de Zidane’ es uno de los mejores momentos de todos los vídeos de El Bananero”, dice él mismo. “Sobre todo porque no hay nada de sexo, es sadomasoquismo puro” .


“I-Ván, El Trolazo”, una de las muchas parodias que hizo (sobre la base de los dibujos animados de “He-Man”), llegó al millón de visitas en pocas semanas. Y con este éxito llegó la primera demanda fuerte por reclamos de derechos de autor la gigantesca corporación Mattel, dueña de todo lo relacionado con el superhéroe infantil de los años ochenta, que se encargó de ubicarlo.

Y no es que esté ganando dinero. No puede lucrar con el contenido ajeno que emplea, salvo que se trate de camisetas o mercancía con su imagen. El ya lejano 2007 fue su mejor año en términos de visitas, pero sus imitadores –y los mismos fans– han dañado el rating puesto que desvían el tráfico que debiera llegar a su Web con cada “re-posteo” de sus videos.
  

¿Machista, misógino, vulgar, ordinario? Por supuesto. Con todo, es esa perceptible falta de mala onda, esa nula intención de perjudicar o dañar seriamente a terceros lo que lo salva de una condena masiva. A lo mucho, El Bananero busca reducir con su despecho a todas esas mujeres que quisiera y nunca podrá tener. Su primer objeto de deseo imposible, “la chupapijas de Thalía”. ¿Homofóbico? Adrián asegura de antemano que no, aunque agrega “me gusta dejar la duda de que sea incluso homosexual”. Entonces, ¿El Bananero es simplemente un machista? Eso ni dudarlo, y Adrián Nario dice que no es para menos.

Mucho de mi machismo es porque las mujeres me hicieron mierda de chico. Yo era muy enamoradizo y muy crédulo y si una mujer me decía que cagaba sin olor, yo le creía. Y entonces andaba llorando hasta que surgió en mí una criatura malvada. Así que cerré los ojos y me dije:
“Ahora las voy a cagar, hijas de mil putas”.
 

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